La casa Braniff-Lascuráin fue una de las primeras residencias de los alrededores del Ángel de la Independencia; hoy la colonia Cuauhtémoc.

Los terrenos de la Hacienda de la Teja

La casa Braniff-Lascuráin fue una de las primeras residencias de nuestra colonia Cuauhtémoc.
Perteneció al matrimonio formado por George T. Braniff y Concepción Lascuráin y se encontraba en el número 132 de la calle de Río Tíber, llamada en aquel entonces Calle 12 norte.

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La historia de esta casa comienza con Don Thomas Braniff, quien en 1896 adquirió terrenos que habían formado parte de la Hacienda de la Teja y del Rancho de los Cuartos, que con el tiempo, también formaron parte de la Colonia La Teja.

Aunque la superficie de estos terrenos se vio afectada por la ampliación del Paseo de la Reforma, entre la glorieta de Cuauhtémoc (Insurgentes) y Chapultepec en 1897, cuando los accionistas disolvieron la sociedad en 1903, a Thomas Braniff le correspondieron nueve predios que sumaban más de 125 mil metros cuadrados. Después de su muerte en 1905, pasaron a manos de sus hijos mayores, George y Oscar Braniff Ricard.

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Los cambios de la modernidad

En 1936, la casa Braniff-Lascuráin fue arrendada para ser ocupada por la representación de Brasil en México, y para 1945, la casa volvió a ser habitada por sus dueños, acompañados por su hija Mercedes. Pero hacia finales de la década de los 40 la zona ya había cambiado mucho.

Los vecinos de la casa contigua, la familia, Ramírez Escandón Páez, pusieron la casa en venta en 1948, y el mismo año los López Negrete se mudaron a Las Lomas. La escuela de origen inglés Helena Herlihy Hall, ubicada en Reforma 313, también cerró sus puertas en 1950.

Para 1954, el frente del Paseo de la Reforma, a un costado de la Columna de la Independencia, comenzaba a quedarse sin residentes. Fue en esa época, que George Thomas Braniff Ricard murió a los 80 años de edad, en su habitación, con vista al Ángel de la Independencia en su Townhouse.

María Concepción Lascuráin, viuda de Braniff vivió unos años más en la mansión y, después del sismo de 1957, aunque la casa no sufrió grandes daños con el temblor, decidió mudarse con su hija Dolores a la calle de Amargura en San Ángel.

Concepción Lascuráin falleció en 1959, a los 82 años. Poco después sus hijos pusieron a la venta la casa Braniff-Lascuráin ya vacía y así comenzó una nueva transformación de la zona de la Columna de la Independencia en el Paseo de la Reforma.

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Un nuevo destino para el espacio de la casa Braniff

En 1959, Antenor Patiño Rodríguez, de origen boliviano, decidió aventurarse en el mundo de la hotelería mexicana. La aventura inició con el Hotel María Isabel, llamado así en honor a su segunda hija Isabel Patiño de Borbón, que murió al dar a luz a su única hija. Asesorado por los arquitectos José Villagrán García y Juan Sordo Madaleno, decidió que el predio llevaría dos torres ligadas para el hotel y un edificio de oficinas, articulados por una explanada que ofreciera espacio y vistas al monumento de la Independencia. El hotel María Isabel Sheraton se inauguró el 31 de marzo de 1962.

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La esquina que desde 1912 ocupó la casa Braniff-Lascuráin, fue ocupada por locales comerciales y un estacionamiento para el edificio que se destinó para albergar a la representación de Ford en México y el espacio que a partir de 1968 fue un Sanborns y que, a fechas recientes, fue sustituido por un restaurante de cadena.

Si quieres conocer más sobre nuestra colonia Cuauhtémoc, visita nuestra nota Breve Historia de la Colonia Cuauhtémoc