Paseo de la Reforma es la calle más importante de la Ciudad de México, está inspirada en los trazos de las grandes ciudades europeas. Conoce un poco de su historia y de sus transformaciones
Entre los años de 1864 y 1867, cuando el emperador Maximiliano se encontraba en el poder, tuvo la idea de conectar el Castillo de Chapultepec con el Palacio Nacional de la Ciudad de México. Las condiciones del camino hacían muy difícil llegar al castillo, lo que le impedía ver con más frecuencia a su esposa Carlota. Así fue como inició la construcción del Paseo de la Emperatriz, el primer nombre que se le dio a esta avenida.
Con sólo 4 kilómetros de longitud en un inicio, estaba inspirado en los trazos de las grandes ciudades europeas que ya contaban con elegantes y estratégicas avenidas. Durante los primeros años, en el paisaje predominaban las pequeñas rancherías y los espacios destinados para el descanso de los caballos.
Sin embargo, con la llegada del presidente Benito Juárez se suspendieron las obras y se cambió el nombre de la avenida por Paseo Degollado, en honor a Santos Degollado, militar y político mexicano.
Luego de que muriera Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada quedara al frente del país, las obras del paseo continuaron y se puso énfasis en la creación de andadores peatonales y en la siembra de árboles. Una vez terminado, fue inaugurado en 1867 como Paseo de la Reforma en honor al proceso histórico que se había llevado a cabo en el país en años recientes.
Más tarde, siguiendo con la estética que Maximiliano había definido para el paseo, Porfirio Díaz completó la obra y fue quien decidió que estuviera conformada por los elementos que hoy conocemos.
En 1910, por mandato del presidente Díaz, fue posible concretar un proyecto que, se postergó por muchos años, y que es hoy en día el elemento más importante del Paseo de la Reforma, así como, emblema de nuestra ciudad: el Monumento a la Independencia. Para dicha obra se eligió una columna rematada por una victoria alada, una representación del triunfo en las mitologías griega y romana.
Con los años, la avenida fue ensanchada, se permitieron nuevos usos de suelo, y se convirtió en un punto de encuentro cultural, comercial y político. El Paseo de la Reforma ha sido fiel reflejo de la modernización y del embellecimiento de la ciudad.
Se construyeron desniveles y se amplió hacia los límites de las alcaldías Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. Además, se realizó la construcción de la ciclovía para contribuir a promover otras formas de movilidad para sus habitantes y que sirvió como ejemplo para muchas otras zonas de la ciudad y de todo el país.
Hoy en día podemos ver algunos de los edificios más vanguardistas de la ciudad en esta representativa avenida, sin embargo, conserva su esencia arquitectónica y los elementos decorativos de la época, que le dieron y siguen dando un muy particular esplendor con sus monumentos y ornamentos a lo largo de todo el Paseo.
Los residentes de la colonia Cuauhtémoc no podríamos sentirnos más felices de que el Paseo de la Reforma sea parte, al menos en uno de sus tramos, de nuestra querida colonia. Somos muy afortunados por tener una de las avenidas más bellas del país, a sólo unas cuadras de nuestros hogares.
Conoce más sobre la historia de nuestra colonia Cuauhtémoc en:
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